La remolacha es uno de los mejores regalos que nos ofrece la naturaleza. Esta hortaliza de forma globosa y color rojizo intenso es originaria del norte del África y pertenece a la misma familia de las espinacas y las acelgas. Las antiguas civilizaciones solo consumían las hojas de laBeta vulgaris, como se denomina científicamente, mientras que la raíz se utilizaba para aliviar los dolores de muelas y de cabeza.
La remolacha se encuentra en el mercado en cualquier época del año, y por su agradable sabor dulce es un componente habitual de las ensaladas y los batidos. Atendiendo a la composición nutritiva de esta raíz se puede establecer un vínculo entre el consumo de remolacha y la salud. No deberíamos prescindir de la sabrosa beterrada o betabel, puesto que son muchos losbeneficios saludables que aporta.
Un sinfín de beneficios saludables
La remolacha destaca por su elevado contenido en agua y en hidratos de carbono. Aunque su riqueza en azúcares sea superior al de muchas otras hortalizas, se trata de un alimento de moderado valor calórico. Proporciona aproximadamente 40 calorías por cada 100 gramos y aporta un buen número de minerales y vitaminas.
El potasio es el mineral más abundante en la remolacha, que presenta concentraciones más bajas de magnesio, yodo, sodio, hierro y calcio. En cuanto al contenido vitamínico de la remolacha, cabe hacer mención a su elevado aporte de ácido fólico y vitamina C. También contiene cantidades significativas de otras vitaminas del grupo B, como son la niacina y la piridoxina.
Desde el punto de vista nutricional, la remolacha constituye una fuente de fibra y de sustancias de acción antioxidante (flavonoides) relacionadas con la prevención de diversas enfermedades, entre ellas el cáncer. Los denominados antocianinas son pigmentos naturales que se encuentran en la remolacha, así como en determinadas frutas y verduras, que ejercen una gran variedad de efectos fisiológicos positivos. Le confieren el característico color rojo violáceo a esta hortaliza y protegen nuestra salud, ayudando, además, a mejorar el aspecto de la piel.
La remolacha resulta digerible y favorece el buen funcionamiento del tracto intestinal. No obstante, el consumo de esta hortaliza no solo se considera adecuado en caso de padecer digestiones pesadas, dolores estomacales recurrentes o tener tendencia a desarrollar acidez y gases. Por sus propiedades diuréticas, la ingesta de remolacha es aconsejable para quienes sufren retención de líquidos. Es tanto o igual de beneficiosa para las personas con niveles altos de ácido úrico, hipertensión, gota y cálculos renales, salvo de oxalato de calcio.
La remolacha representa un conocido remedio natural para el tratamiento de la anemia. Por otro lado, diversos estudios la señalan como una hortaliza con un potente poder anticancerígeno. Asimismo, como no aporta muchas calorías y provoca sensación de saciedad, tiene cabida en dietas de control de peso.
Cocinar con remolacha
A la hora de la compra procura escoger ejemplares firmes al tacto y sin magulladuras ni manchas. Para comprobar la frescura de esta hortaliza observa si sus hojas están verdes y tiernas, lo cual indica que se trata de una raíz joven. Puedes conservar la remolacha dos o tres semanas en frigorífico dentro de una bolsa de plástico. No se recomienda congelarla.
La remolacha suele consumirse cruda, hervida o asada. Si decidimos someterla a cocción, conviene controlar el tiempo para que no pierda gran parte de sus beneficios. Aunque a menudo forma parte de variedad de ensaladas, la remolacha se puede consumir sola, aliñada con ajo, aceite y sal, o en forma de jugo con un poco de miel y el zumo de frutas que realcen su sabor.
fuente: muyenforma.com