BIOTECNOLOGÍA

¿Cuánto de lo que comemos es 100 % natural?

 

Cuánto de lo que comemos es 100 % natural? es el nuevo artículo que publicamos en el blog y que ha sido escrito por nuestra colega María Fabiana Malacarne* Te sugiero y recomiendo con mucho aprecio que le des lectura. Conocerás nuevos puntos de vista sobre un tema que está muy vigente y que a menudo lleva a confundirnos o por desconocimiento, por intencionalidad o por malas interpretaciones.

Dentro de las políticas de siempre tener abiertas las puertas a todo tema, procedamos a leer este estupendo artículo.

 

Etiquetas por doquier con mensajes alusivos a «100% natural» por aquí y por allá.-

Etiquetas por doquier con mensajes alusivos a «100% natural» por aquí y por allá.-

 

Comienzo a escribir esto con una queja (y sí… me estoy poniendo vieja y entre más vieja más quejosa), pero es que me tienen hasta la coronilla los comerciales de alimentos 100% natural, sin químicos, sin conservantes y un largo, largo etcétera.


 

 «…desde que el hombre se hizo agricultor modificó las plantas para que cumplieran su propósito y no el de la naturaleza…»

 

Pero como dijo Jack el destripador, vamos por partes: que nada de lo que comes es natural, así como lo lees. ¡Nada! Y no lo digo yo, lo dice la Real Academia Española en su diccionario. Echemos un vistazo a las definiciones de natural y artificial.

Natural: perteneciente o relativo a la naturaleza o conforme a la cualidad o propiedad de las cosas.

Artificial: hecho por mano o arte del hombre. Producido por el ingenio humano.

Pues bien, todos los alimentos que hoy llegan a tu mesa son artificiales; aún cuando creas que son muy naturales por recogerlos de tu propio huerto. ¿Por qué?, porque desde hace más o menos diez mil años el ingenio humano fue modificando las plantas y animales que le sirven de alimento. Hasta tal punto llegó esa modificación, que los cultivos y las razas de animales como ahora los conocemos no podrían sobrevivir en la naturaleza sin la ayuda del hombre.

 

La naturaleza tiene un gran propósito para todos los seres vivos: crecer y reproducirse, es decir dejar descendencia y para ello usa un montón de estrategias, entre las cuales está la dispersión de semillas, cosa que al ser humano no le interesa porque le dificulta la recolección.

 

Maices

Izquierda: teosinte (especie de la que derivó el maíz). Derecha: maíz cultivado actualmente

 

Por eso, desde que se hizo agricultor modificó las plantas para que cumplieran su propósito y no el de la naturaleza. Primero las domesticó, acostumbrándolas a vivir con él, y luego con el advenimiento de la ciencia, más específicamente de la Genética, las mejoró para producir cosas que a él (y no a la naturaleza) le interesaran

 

El ejemplo más concreto y palpable lo tenemos en las coles: repollo, coliflor, brócoli, repollito de bruselas y otras menos conocidas. Estas no existen en la naturaleza. Existe una especie, llamadaBrassica oleracea (col silvestre), de la cual provienen todas ellas. Los antiguos romanos seleccionaron una mutación natural que provoca la modificación en la estructura de las flores, dando origen a dos variedades diferentes: brócoli y coliflor. A otros seleccionadores les interesaron más las yemas (la parte de la planta que más crecimiento tiene) y se enfocaron en elegir las yemas laterales dando origen al repollito de bruselas; cuando prefirieron la yema terminal originaron el repollo y el repollo rizado. Cuando la selección se orientó hacia el tallo y la raíz apareció el colirábano y cuando el interés fue puesto en las hojas surgió la berza.



 

Así que cuando te digan que comas “natural” piensa en toda la modificación que ha realizado el hombre para que comas justamente. Pero si quieres comer natural realmente, tendrás que ir al campo y recoger la mostaza y tragártela por más fea que te parezca.

 

lechugas

 

Otras palabras que leo y oigo a diario respecto a los alimentos son “sin químicos”, “sin conservantes”.

¿Alimentos sin químicos? … ¡es mentira!

 

Todos los seres vivos estamos formados de moléculas, por lo tanto estamos formados por sustancias químicas. Estas sustancias pueden ser sintetizadas en plantas, animales o microorganismos o en laboratorios, gracias a los avances de la Química, y servir a diversos propósitos para el ser humano. Por lo tanto, no todos los químicos sintetizados en laboratorio son malos ni todos los productos sintetizados por los seres vivos (por muy naturales que sean) son buenos.

 

Les daré un par de ejemplos: los tocoferoles son sustancias químicas sintetizadas por frutas y verduras y para los amigos son conocidos como “vitamina E” y a partir de la década del ´30 es posible sintetizarlos en el laboratorio (E306) y elaborar suplementos para cubrir carencias dietarias.

 

La solanina, es un alcaloide tóxico encontrado naturalmente en la papa y otras especies de solanáceas (de allí su nombre). Se han observado intoxicaciones en animales por ingerir la planta completa y en humanos por comer sus frutos. Esto quiere decir que ¿debemos dejar de comer papas? No, porque el mejoramiento genético ha permitido obtener variedades (que son las cultivadas en la actualidad) con muy bajas concentraciones de solanina, aptas para consumo humano.

 

banana

Izquierda: composición química de una banana. Derecha: características del tocoferol (E306) sintetizado en el laboratorio.

 

Por lo tanto, ten cuidado cuando dices que comes “sin químicos”. Cada vez que te lleves a la boca cualquier alimento, piensa que gracias a todos esos químicos estás sano y bien nutrido.

 

Hablemos de conservantes.-

Para no hacer esto más largo y aburrido, me voy a referir brevemente a los conservantes, ya que muchos productos se publicitan alegremente como “sin conservantes”. La humanidad evolucionó, entre otras cosas, porque fue capaz de hacer fuego y cocinar sus alimentos y también porque desarrolló métodos para conservarlos y no tener que salir a cazar o recolectar todos los días. Así, en épocas de abundancia guardaba para épocas de escasez. De allí surgieron las salazones, los escabeches y las mermeladas, que no son más que métodos de conservar frutas, verduras y carnes. También ayudó, ¡y mucho!, la invención de los sistemas de refrigeración.

 

La necesidad de llevar alimentos a lugares lejanos al sitio de cultivo o crianza o la demanda de los consumidores por tener una amplia gama de alimentos, prácticos, fáciles de cocinar y fundamentalmente seguros para su consumo ha hecho que se usaran los conservantes. Estos no son más que sustancias que inhiben el crecimiento de microorganismos y así evitan enfermedades mortales como el botulismo o la salmonelosis, entre otras. Cada país o comunidad (Unión Europea o Mercosur, por ejemplo) tiene sus regulaciones alimentarias y entidades que controlan y autorizan el uso de conservantes alimentarios.

 

 

Conservantes usados en la industria alimenticia.-

Conservantes

 

Así que cuando te digan que el alimento es “sin conservantes”, piénsatelo dos veces porque más vale nitrito en el embutido que toxina botulínica en el cuerpo.

 

 Sobre la autora*

El presente artículo ha sido escrito por María Fabiana Malacarne, Ingeniera Agrónoma, con Maestría en Genética y Doctorado en Filosofía, Ciencia, Tecnología y Sociedad. Te sugiero que la sigas en su cuenta de Twitter @fabibiotec

 

 

FUENTE /www.natura-medioambiental.com

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