BIOTECNOLOGÍA
¿Se podría aumentar el rendimiento de los cereales modificando su geometría?
Los especialistas están intentando modificar la fisonomía de estas plantas para aumentar, aún más, el rendimiento
Antes, cuando no se disponía de herbicidas, declara Philippe Auriau, jefe de investigación de la estación de mejora de las plantas del INRA, en VersaIles, era preciso disponer de cereales grandes que asfixiaran las hierbas malas y crecieran rápidamente para ocupar el terreno. La aparición de los herbicidas modificó totalmente el planteamiento del problema".
El empleo de una fertilización cada vez más abundante, particularmente en nitrógeno, hacía igualmente imperiosa la búsqueda de variedades resistentes al encamado. Esta modificación de las condiciones de cultivo es, en parte, lo que ha obligado a los mejoradores a obtener tipos de cereales que presentan nuevas características.
Para Bill Fiddian, responsable de los cereales en el NIAB (Instituto Nacional de Botánica Agrícola) de Cambridge (Gran Bretaña), aún es posible realizar progresos: "El trigo procede de cruces espontáneos entre especies silvestres herbáceas del Oriente Medio, algunas de cuyas cualidades, especialmente importantes en otros tiempos, no presentan ningún interés en la actualidad".
Ahijamiento reducido. El ahijamiento abundante contribuye a crear un estado de competencia nefasta entre las diferentes espigas. Así, en los trigos clásicos, se observa a menudo que hay uno o dos tallos dominantes, y los restantes tienen una producción inferior hasta en un 50 por ciento. Algunos especialistas preconizan, incluso, trigos con un solo tallo por planta. No obstante, esta fórmula haría sumamente frágil a la planta ante los ataques climáticos. Por el contrario, existen trigos que producen hasta 50 tallos por planta, con un bajo rendimiento, pero una gran rusticidad.
"Son numerosos los vástagos estériles que no dan. espigas" continúa B. Fiddian. "Hacia finales de abril, alrededor de un tercio de la materia seca de un trigo de invierno se encuentra en vástagos que no sobrevivirán. De esta fracción, una parte mínima se convierte en vástagos subsistentes, pero el resto se pierde". Pruebas realizadas en siete centros del NIAB, en 1977, demostraron que algunas variedades con pocos retoños eran, sin embargo, capaces de proporcionar muchas espigas por metro cuadrado. Así, mientras que la variedad Maris Huntsman formaba 3,3 vástagos por planta, produciendo 365 espigas por metro cuadrado, la Mardler, por su parte, formaba 3,01 vástagos y daba 408 espigas. En la misma experiencia la Armada formaba 2,06 vástagos, y producía 441 espigas por metro cuadrado.
Tallos cortos. En materia de tallos, en todos los cereales, los trabajos se centran fundamentalmente en el acortamiento de la paja. "Si se tiene en cuenta la mayor abundancia de los abonos —declara P. Auriau— un trigo, que medía antes 1,1 m. mide en la actualidad 1,5 m.".
A partir de variedades enanas de trigos japoneses, se consiguió en los EE.UU. aislar el gen Norin-10 para el acortamiento dP los tallos. "La forma ideal sería la que contara con entrenudos cortos en la base del tallo y un cuello largo (último entrenudo), de manera que el tallo tenga una cierta flexibilidad, a fin de reducir, no sólo los riesgos de encamado, sino también los riesgos de arranques de raíz". Y, lo que es más importante, parece que los trigos cortos presentan un desarrollo mejor sincronizado de los diferentes tallos de una misma planta. En el mercado francés, los trigos Talent y Courtot son bastante cortos,