Mis sinceros agradecimientos a María Fabiana Malacarne* investigadora argentina por escribir el presente artículo que ahora lo tienes para tu consideración. Me tomo la libertad, antes de entrar al artículo a exponerte unas líneas hermosas escritas por Asturias, M. (1968) en su libro “El hombre de maíz” y que dice “…Sembrado para comer es sagrado sustento del hombre que fue hecho de maíz. Sembrado por negocio es hambre del hombre que fue hecho de maíz…”
Según algunas leyendas aztecas el maíz fue un regalo que le hicieron los dioses a ese pueblo. La palabra teocintle, significa “semilla de los dioses” en el idioma náhuatl[1].
Los agricultores de la zona de Michoacán (México), sembraban teocintle hace aproximadamente 7.000 años. El teocintle es muy parecido al maíz pero sus mazorcas se desintegran al madurar, es decir son dehiscentes. Esta característica es indeseable, porque dificulta la cosecha y almacenamiento de los granos; por eso los agricultores seleccionaron las mazorcas que los retenían para sembrarlas al año siguiente.
De estas sucesivas selecciones surgieron una gran cantidad de variedades de maíz, con mazorcas de múltiples colores, tamaños y formas, cuyo cultivo se extendió desde Centroamérica hacia todo el continente, representando un importante y tradicional recurso alimenticio en muchos países y una moneda de cambio para el comercio.
Así llegó el maíz al Caribe, más precisamente a la isla de Cuba, donde Colón lo descubrió junto con el nuevo continente y lo llevó a Europa en el año 1493. Desde allí se propagó al medio Oriente y al continente africano, llevado por los portugueses. En la actualidad se cultiva en todos los continentes, excepto en la Antártida, y es el cereal más sembrado en el mundo.
El mejoramiento realizado por generaciones y generaciones de agricultores fue perfeccionado científicamente luego del descubrimiento de los trabajos de Gregor Mendel, dando como resultado, a principios del siglo XX, las primeras semillas híbridas. Una mazorca en la actualidad tiene cerca de 800 granos repartidos en 16 hileras de 50 granos cada una, mientras que el teocintle original tenía muy pocos granos.
Las semillas de maíz se siembran en casi todo el mundo y los avances en las tecnologías genéticas han permitido introducirles características importantes como resistencia a plagas, enfermedades o mejorar la cantidad y calidad de sus proteínas. También se ha realizado el mapa genético, es decir se sabe cuántos genes tiene, dónde están y en algunos casos para qué sirven.
Además de ser un excelente alimento para la humanidad, el almidón y la glucosa extraídos de sus granos son usados para la elaboración de un amplio rango de productos, desde los farmacéuticos y cosméticos (cubierta de pastillas, loción de afeitar, jabones, pasta de dientes) hasta la fabricación de plásticos biodegradables. En el año 2008, Felipe Massa ganó el Gran Premio de Brasil de Fórmula 1 y recibió el primer trofeo de la historia realizado completamente con bioplásticos.
Los residuos de la planta pueden ser fermentados para producir etanol, un alcohol utilizado para sustituir, en parte, a los combustibles derivados del petróleo. En la actualidad se lo mezcla con la gasolina en diferentes porcentajes. Este bioetanol sirve también para oxigenar las gasolinas comunes en reemplazo del éter metil tert-butílico, sustancia altamente contaminante del suelo y agua subterránea.
Así, el regalo que los dioses hicieron a nuestros ancestros hoy nos ayuda a cuidar el planeta.
Bibliografía consultada
Bedoya, C. y VH. Chávez (2010) Teocintle: el ancestro del maíz. Claridades Agropecuarias 201: 32-42
Biotechnology Institute (2004) A sweet deal for the environment. How is industrial biotech helping us decrease the use of petroleum? You World Magazine 13(2): 8-9.
Gupta, PK. and RK. Varshney (Editors) (2005) Cereal genomics. Kluwer Academic Publishers
Naqvia, S.; C. Zhua, G. Farrea, K. Ramessara, L. Bassiea, J. Breitenbachb, D. Perez Conesa, G. Rosc, G. Sandmannb, T. Capella and P. Christou (2009) Transgenic multivitamin corn through biofortification of endosperm with three vitamins representing three distinct metabolic pathways. PNAS 106(19): 7762-7767.
Sobre la autora
María Fabiana Malacarne, cuya cuenta en Twitter es @fabibiotec, es ingeniera agrónoma argentina, M.Sc. en Genética y Dra. en Filosofía, Ciencia, Tecnología y Sociedad.
[1] Lengua hablada por los pueblos nahuas (pueblos prehispánicos de Mesoamérica), impropiamente llamada también azteca o mexicana.
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