Una bacteria que puede convertir una cena de mariscos en un peligro para la salud va en aumento en las aguas costeras de Nueva Inglaterra. Algunos mariscos, especialmente ostras crudas, pueden contener niveles peligrosos del patógeno Vibrio parahaemolyticus (Vp), un primo del error que causa el cólera. Cuando se ingiere, Vp puede causar la intoxicación alimentaria llamada vibriosis, que por lo general implica tres días de náuseas, diarrea, fiebre y escalofríos.
En casos raros y entre las poblaciones vulnerables (los muy jóvenes, muy viejos o los que tienen debilitado el sistemas inmunológico) la bacteria puede causar una infección de la sangre más grave. Vp, que también puede causar infecciones de la piel, conduce a unos 30 hospitalizaciones y mata a una o dos personas cada año, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
En Massachusetts, se reportaron 58 casos de enfermedades relacionadas con el Vp al Departamento de Salud Pública en 2013, frente a 13 casos en 2011. El estado prohibió la recolección de ostras en aguas de Cape Cod, Viñedo de Martha y Nantucket, así como fuera de las ciudades de Plymouth, Kingston, Duxbury y Marshfield ese año. Los últimos dos años las aguas en Nueva York, Oregon y el estado de Washington se han cerrado a las ostras.
Vp se produce naturalmente en la mayoría de los ecosistemas marinos, pero normalmente sólo se ha relacionado con la enfermedad en las zonas costeras cálidas, tales como el Golfo de México. La reciente aparición de la enfermedad asociada a Vp vinculada a mariscos de aguas de Alaska, Long Island y Massachusetts ha hecho los funcionarios de salud pública presten atención a la situación.
Algunos científicos especulan que la enfermedad se extendió a latitudes más septentrionales porque podría tener que ver con el cambio climático y el aumento de las temperaturas del océano. "Cuando vemos este tipo de brotes en áreas históricamente de aguas frías, es muy inusual", dice Hartwick, estudiante de biología en la Universidad de New Hampshire.
Hartwick espera desarrollar un modelo matemático predictivo que puede advertir a los funcionarios de salud pública y los cultivadores de moluscos cuando se pueden producir brotes Vp. Ella ayudó a implementar una herramienta de vigilancia del medio ambiente para el cólera en Vellore, India.
Hartwick está estudiando la población de Vibrio en el estuario Great Bay en la costa de New Hampshire que desemboca en el Golfo de Maine. Hartwick recoge muestras de agua y poder mapear cuántas y qué especies de Vibrio están presentes en Great Bay durante el verano, así como los factores que podrían promover un brote.
Por Jacqueline Mitchell, de la Universidad de Tufts
Fuente: www.foodnewslatam.com