ALIMENTACIÓN

Congelar la fruta sin que pierda sus propiedades es posible

Hasta hace unos días, la fruta era uno de los ejemplos más habituales al hablar de productos alimentarios perecederos. Hoy, en cambio, la situación ha dado la vuelta.

 

 

Un nuevo y revolucionario sistema creado por la empresa NiceFruit permite congelar la fruta sin que pierda ni una sola de sus propiedades. El invento marca un hito en el avance de la industria alimentaria, ya que unos años antes ocho universidades de todo el mundo desistieron de esta idea después de ocho investigaciones y una inversión de seis millones de dólares. La empresa estatal, en cambio, optó por no rendirse en una decisión que se ha revelado ahora del todo acertada.

Consiste en un sistema físico que congela las frutas y las verduras al tiempo que mantiene su sabor y vitaminas sin destrozar la textura y la estructura celular, en un proceso cuyos detalles son guardados en secreto. La empresa sí explica que, al igual que en otros tratamientos, todo comienza con el lavado de la fruta, tras lo cual se pela y se corta.

Una vez preparada, entra en una cámara que trata al producto únicamente con aire, para después congelarlo. Tras el proceso, llega el momento de la descongelación para comprobar que la fruta no pierde agua, su estructura ha resistido el choque térmico y las fibras se han mantenido inalterables, todo ello sin utilizar elementos químicos. Según señala NiceFruit, las frutas pueden mantenerse congeladas durante tres años.

 

Beneficios

Las consecuencias que acarrea este nuevo sistema pueden resultar muy positivas tanto para la calidad de la fruta y verdura como para sus productores. Por un lado, este sistema permite recoger estos alimentos en su momento óptimo de maduración, cuando tienen mejor gusto y se encuentra en plenitud de sus propiedades.

Es un gran cambio, dado que en la actualidad las frutas se recogen aún verdes, alrededor de al 50% de sus condiciones, para que madure mientras llega al mercado y así se encuentre en su punto justo cuando vaya a adquirirlas el consumidor.

Además, beneficiará a los productores, muy azotados por las fluctuaciones del mercado. Los precios varían mucho en función de la cantidad de fruta disponible, y se pueden desplomar si existe mucha oferta o la demanda ha descendido bruscamente.

Con este sistema, en cambio, los excedentes se pueden congelar y ser utilizados en momentos de mayor escasez o mayor demanda. De este modo se estabilizan los precios y se otorga una valiosa seguridad a los agricultores.

FUENTE: guiagastronomika.diariovasco.com Y AGRICULTURERS

 

 

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