AGRICULTURA

USO DE SENSORES PARA MEJORAR LA EFICIENCIA DEL RIEGO

La creciente insidencia de la sequía en el mundo está forzando a desarrollar nuevos sistemas de eficiencia de riego. Es evidente que hasta el momento hemos desaprovechado muchos litros de agua y que los embalses cada día están menos llenos. Lo que lleva a una necesidad de investigar y aplicar nuevos sistemas que nos permitan atajar este problema.

 

 

En muchas zonas de la costa mediterránea los sistemas de riego tradicionales han sido a manta (mala eficiencia de riego), pero en la actualidad no está del todo garantizada la existencia de tantos litros de agua como son necesarios, lo que ha hecho cambiar a otros sistemas más eficientes.

Unos de los sistemas más emergentes del momento es la utilización de sensores de humedad para mejorar la eficiencia del riego. Se ha probado este sistema en todo tipo de cultivos, podemos citar algunos como olivar, vid, fresas, alfalfa… con unos resultados positivos siempre que la utilización de los sensores era correcta.

Este sistema es simple a la vez que efectivo para el agricultor:

Se basa en un sensor que nos aporta datos de la humedad del suelo en tiempo real, aunque para ello tenemos que hacer una labor de calibración del sensor y de pruebas previas para asegurarnos de la veracidad de los datos obtenidos en el monitor que nos referencia la humedad del suelo, ya que de estos datos dependerá la cantidad de riego que se le aporta posteriormente al campo.

A la hora de instalar los sensores es importante saber la calidad de los suelos que tenemos en nuestro terreno (por la capacidad de almacenamiento de agua del suelo), la pendiente del mismo, la profundidad, el tipo de cultivo que vamos a utilizar por su capacidad radicular y sus necesidades hídricas. Una vez instalado correctamente dicho sistema, los sensores nos pueden dar unos datos actualizados permanentemente para saber cuando es necesaria la aplicación del riego. Todo esto se puede hacer de forma “manual” o basándonos en unos parámetros estándar que dependiendo de la climatología, el momento del día, el cultivo, la humedad registrada y la calidad del suelo aplican la dosis de riego en el momento adecuado.

Las pruebas realizadas hasta el momento apuntan a un buen funcionamiento del sistema y unos datos útiles para nuestro uso del riego, pero al ser aparatos con una sensibilidad tan alta y los inconvenientes propios de trabajar en un medio en constante cambio como es el campo, hace que sea necesario una revisión de los sensores cada 3 meses (aproximadamente con el cambio de las estaciones) o cuando el propio usuario vea que los datos obtenidos no se relacionan con la realidad de nuestros suelos.

La gran mayoría de los estudios realizados con estos sensores en todos los tipos de cultivos apuntan como puntos básicos para el éxito de este sistema lo siguiente:

La importancia de la posición del sensor, el tipo de suelo utilizado y el conocimiento del sistema que tiene el agricultor.

¿Has utilizado alguna vez sensores de humedad para regular el riego de tu campo? ¿Has notado beneficios al cambiar de sistema de riego?

FUENTE: agroterra.com

 

 

 

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