ALIMENTACIÓN
Funciones del fósforo en el organismo
El fósforo es un mineral que podemos encontrar en todas las células de nuestro organismo. Sus propiedades juegan un papel muy importante en la formación, desarrollo y mantenimiento de los dientes y los huesos. Interviene en la producción de la leche materna y en la creación y crecimiento de las células y tejidos musculares, sirve de conexión y transmisión entre los distintos nervios del cuerpo (impulso nervioso), regula los latidos del corazón y tiene un rol fundamental a la hora de almacenar y utilizar la energía (contracción de los músculos); de hecho, participa en la producción del ATP, una molécula encargada de suministrar energía a las células. Y, por si fuera poco, forma parte del ADN (genes) y de algunas grasas, proteínas e hidratos de carbono.
El fósforo es, junto al calcio y el magnesio, uno de los elementos más abundantes del organismo; constituye el 1% del peso corporal de una persona. Llevar una alimentación equilibrada y variada es la manera más adecuada de asegurarnos cubrir el aporte necesario de este mineral.
La dosis de fósforo diaria recomendada oscila, independientemente del sexo, entre los 700 y los 1.200 miligramos. Para un adulto cuyo peso corporal sea de 70 kilos, la dosis recomendada se situaría en torno a los 700 miligramos diarios. En el caso de mujeres embarazadas o lactantes la cifra puede ser superior.
Exceso y falta de fósforo
Al ser un mineral que está presente en la gran mayoría de alimentos, la hipofosfatemia o falta de fósforo es poco probable y suele darse en contadas ocasiones. Sin embargo, existen algunas personas que cuentan con una mayor predisposición a sufrir déficit de fósforo, entre las que encontramos a aquellas que padecen diabetes, anorexia, trastornos de tiroides o quienen sufren de alcoholismo. La falta de apetito, cansancio, debilidad muscular, irritabilidad, anemia, mayor susceptibilidad a infecciones, dolor de huesos, alteraciones cardíacas e incluso insuficiencia respiratoria son algunos de los síntomas que pueden indicar que nuestros niveles de fósforo en sangre son bajos.
Por su parte, la hiperfosfatemia o exceso de fósforo en el organismo es también poco frecuente pero suele darse en aquellas personas que padecen de insuficiencia renal, ya que el riñón es el órgano encargado de eliminar el fósforo sobrante de nuestro organismo a través de la orina. En este caso, es necesario llevar una dieta estricta en fósforo.
Alimentos ricos en fósforo
Pese a que el fósforo se encuentra en general en todos los alimentos, lo que sin duda facilita su ingesta, su concentración es mayor en aquellos ricos en proteínas de origen animal: carnes(ternera, pollo, cerdo…), pescados (sardinas, boquerones, salmón, mariscos, crustáceos…),huevos y lácteos (leche, quesos, yogur…). Aunque en menor proporción, también lo hallamos dentro del reino vegetal: los frutos secos (almendras, nueces…), los cereales integrales y las legumbres son los grupos de alimentos más destacados.
Asimismo, existen otras dos fuentes de fósforo distintas a las anteriormente citadas: los aditivos alimentarios (fosfatos) y los complementos dietéticos (complejos vitamínicos). Los fosfatos suelen emplearse habitualmente como aditivos en la industria alimentaria a la hora de elaborar quesos, salchichas, hamburguesas o refrescos.
Calcio y fósforo
El nivel de calcio y fósforo en el organismo está íntimamente relacionado, ya que el exceso o la falta de uno de ellos afecta a la capacidad de asimilación del otro. Por ejemplo, el exceso de fósforo provoca una peor absorción del calcio y, por tanto, una desmineralización ósea que, a largo plazo, podría desencadenar en raquitismo, osteomalacia y osteoporosis. Por consiguiente, es imprescindible mantener un equilibrio entre ambos minerales.
FUENTE MUYENFORMA