BIOTECNOLOGÍA

Científicos buscan mejorar el maíz con genes del amaranto

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Esa planta tiene mucha resistencia a condiciones climáticas adversas.

Científicos del Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Irapuato, encabezados por John Délano Frier, han descubierto que 9 por ciento de los genes del amaranto se activan para responder a situaciones de estrés como escasez de agua y salinidad de la tierra.

“Los mecanismos que usa el amaranto para tolerar situaciones de estrés abiótico como sequías, salinidad, ataque por insectos, infección bacteriana o por virus, podrían tener el potencial de ser introducidos al maíz, al trigo, al arroz y a otros cultivos”, explicó en un comunicado del Cinvestav el investigador del Departamento de Biotecnología y Bioquímica.

Adicionalmente la estructura del amaranto es importante para la salud humana, ya que proporciona un balance de aminoácidos que ayuda a prevenir enfermedades crónicas tales como obesidad, diabetes e hipertensión, además constituye una fuente importante de proteínas, anticuerpos, lípidos benéficos y triptófanos, que funcionan como antidepresivos.

Délano Frier  indicó que a pesar de que se sabe de algunos de los componentes del amaranto, hay un gran campo de investigación, “quizá en el amaranto existan antioxidantes que pueden tener este efecto benéfico para todas las patologías. En mi investigación nos hemos enfocado en  estudiar de dónde surgen todas estas bondades”.

Durante su participación en las  Mesas de Diálogo: México, Tierra de Amaranto” realizado en Querétaro, el investigador del Cinvestav resaltó que actualmente se sabe que el genoma del amaranto tiene 24 mil genes, de los cuales 21 mil corresponden al transcriptoma.

Para el experto otro aspecto importante es que el amaranto no requiere fertilizantes químicos para su cultivo, sino que utiliza las bacterias promotoras del crecimiento que habitan en la tierra.

En el mundo se consumen tres especies de amaranto, provenientes de México, Guatemala y otra de algunas regiones de Latinoamérica. En el caso del amaranto mexicano los principales centros de cultivo se encuentran en los  estados de Puebla y Tlaxcala.

El también doctor en fisiología vegetal destacó que impulsar el conocimiento y consumo de amaranto es necesario para alcanzar una seguridad alimentaria, ante las condiciones ambientales que se auguran, pues el medio ambiente “es un tema del que todos debemos tomar conciencia, cambiar nuestro modo de vivir para ser más responsables con la naturaleza”.

En 2007 el amaranto fue reconocido por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) como grano prioritario gracias a la labor de varias organizaciones, entre ellas la asociación civil México Tierra de Amaranto  dedicada a promover el cultivo y autoconsumo de este grano en las comunidades queretanas, además de brindarles una fuente de ingresos.

 

FUENTE: PANORAMA AGRO

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